Anteayer pasé una estupenda jornada de diez horitas catando juegos (lo que casi siempre supone experimentar sensaciones novedosas), conociendo a personas nuevas y testeando un par de mis prototipos.
Después de tener una primera visualización de
Vente a mi fiesta, un prototipo nocturno de Adela Torre, probé el
Lost cities, de Reiner Knizia, que me pareció el precursor de su propio juego
Keltis, mucho más completo que
Lost cities, aunque para pasar el rato en pareja está bastante bien.
Luego jugué tres partidas seguidas al célebre
Pandemic, donde los cuatro implicados no pudimos en ningún caso librar al planeta de una infección mundial vírica. Pero nos lo pasamos bien. Es muy buen juego cooperativo, uno de los grandes.