En la segunda parte de las crónicas daúdicas nos quedamos por la noche más larga. Bueno, pues cuando nos echaron de las OFF (porque se acabó el tiempo no por otra cosa) salimos a la calle y hacía rasca, pero descubrimos a dos pasos una cafetería con aspecto acogedor y ahí nos instalamos David y yo, dispuestos a reponer fuerzas.
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8:30 am - Lords of War, muy entretenido |
Teníamos casi dos horas por delante, así que un café con leche primero y un chocolate con churros después fueron los encargados de devolvernos el espíritu perdido hacía apenas una hora. Para amenizar el desayuno versión extendida, David tuvo el buen criterio de sacar uno de los muchos juegos pequeños que siempre lleva encima: Lords of War, la caja de orcos contra enanos. No nos lo pasamos como un enano pero libramos dos batallas la mar de entretenidas. Me gustó.
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¿Hacía frío o estaba destemplado? |
El establecimiento parecía acogedor pero tuve que echarme una manta que llevaba sobre las piernas cual abuela porque estaba el ambiente fresco como el pan del día.
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Café y un buen chocolate con churros para reactivarse, no hay más secreto |
Una vez concluidas las batallitas pasaban de las diez así que volvimos a las Dau, que ya habían abierto. Directos a la zona de protos, donde nos reencontramos con Toni Serradesanferm y decidimos probar su prototipo de los caracoles que dejan baba. Durante la explicación di alguna cabezada que otra pero no porque fuera aburrida sino por la noche en vela. Luego jugamos a parejas y con David conseguimos remontar lo que parecía una derrota segura. Estuvo muy bien el juego. Cada jugador manejaba a dos caracoles que entraban al tablero por cualquier casilla libre y se movían en línea recta exactamente el número de casillas indicadas en el propio caracol, que tenía forma de dado. Al moverse iba dejando su rastro por donde pasaba. Las condiciones para mover a un caracol eran que pudiera completar su movimiento sin salirse del tablero o tropezar con cualquier otro limaco y no atravesar una casilla ocupada por baba de su color. Si un caracol conseguía finalizar su movimiento justo sobre un caracol contrario lo eliminaba del juego. La partida terminaba cuando un equipo no tenía movimientos posibles. Entonces se contaban las casillas dominadas más los puntos de los caracoles supervivientes y capturados. Como os podréis imaginar, había que pensar bastante. Este juego lo veo con el tema del enfrentamiento entre el ying y el yang y utilizando un tablero de esos de resina con relieves como tienen los juegos de Smartgames o Thinkfun.
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Los caracoles de Toni pugnando por dominar el territorio |
Luego probé Versalles, de un autor llamado Pau Carles. Un juego de personajes visibles donde hay que ir consiguiendo influencia. Hay 7 personajes principales (el rey, la reina, la duquesa, etc) que se colocan en el centro de la mesa y los jugadores vamos bajando en nuestro turno cartas de esos personajes para ir acumulando marcadores de influencia en las cartas centrales. Además, cada personaje jugado te permite realizar una acción: mover marcadores de influencia de un sitio a otro, colocar más influencia, robar una carta a otro jugador, buscar en el mazo un personaje concreto, etc. Por otra parte, también puedes jugar un personaje boca abajo y depositarlo junto a uno de tus personajes bajados. Al final de la partida, cada jugador revela estas cartas ocultas y se comprueba qué jugador influye más sobre cada uno de los 7 personajes centrales. Al principio fui más perdido que un seguidor de Tolkien viendo la tercera parte de El Hobbit, pero luego lo pillé y acabé teniendo más influencia que el pequeño Nicolás. Muy buen juego, Pau.
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Hay que maniobrar con sabiduría para triunfar en la Corte de Versalles |
Después le enseñé a Perepau a jugar a Battle Market, pero no se le dan muy bien este tipo de juegos, así que la partida no fluyó como lo hace normalmente. Lo mejor los consejos de Perepau sobre como presentar un juego a un editor.
De ahí me fui al pabellón principal a saludar a otro amigos y a establecer relaciones comerciales:
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Visitando el stand de Morapiaf, con Luis, uno de los mejores explicadores de juegos del planeta |
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Super Agricultor, novedad de Morapiaf que esconde una historia de supervivencia tras esa bonita fachada |
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Visitando el stand de Mercurio, con Mª Jesús, siempre sonriente |
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Con Jason Matthews, coautor de Twilight Struggle |
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Aspecto festivo en el salón principal |
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Con Bruno Faidutti, en los exteriores del festival |
Después, encuentro con Pak para entregarle sus ejemplares de Una Vida de Juegos y conocernos en persona, comida al sol (está vez bocadillo rata en vez de pizza precongelada) con parte de la casta lúdica y vuelta a la zona de protos, donde jugué a El Disfraz con Toni y se le ocurrieron un par de ideas a considerar. Me pareció muy buena idea que tanto Perepau como Toni llevaran unas libretas para ir anotando sus impresiones de los prototipos que probaban. Luego conocí a una ilustradora llamada Evelt, que me enseñó una muestra de sus trabajos. Me gustaría que fuera la ilsutradora de uno de mis juegos algún día.
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Muestra de una de las ilustraciones de Evelt Yanait. Me encanta |
Y ya no hubo tiempo para más. Me quedé sin tiempo para probar otros prototipos de la zona, como alguno de Pau Moré, de Eugeni Castaño o de Marieta Nuñez. Otra vez será. Después despedidas, viaje hasta Sants y de ahí a Valencia para llegar a las 23:30 pasadas.
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Los hombres de negro |
En conclusión, unas grandes jornadas para repetir en más ocasiones. ¡Hasta otra!
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